miércoles, 27 de mayo de 2009

And the Mary Chain.



Continuando con la cuestión de los sueños, recordé hoy un sueño interesante y algo simbólico que tuve hace no mucho.

(Aclaración necesaria: no va a ser este un blog en donde solo se relaten sueños, porque a decir verdad no es que tenga tantos (interesantes), entonces después me voy a tener que empezar a robar sueños ajenos y hacerlos pasar por míos y demás cosas que no estoy interesado hacer, porque llevan mucho más tiempo que escribir material nuevo)

Entonces, decía... Hace no mucho tuve un sueño místico, religioso. Podría decir que fue una revelación, pero como no creo en Dios, ni en la virgen, ni la inmaculada concepción, ni en la iglesia ruso-ortodoxa que queda en San Telmo, creo que solo quedará en una sensación extraña a las cinco de la mañana.

La escena es confusa, pero puedo asegurar que yo salgo por una puerta, de una habitación en la que no sé exactamente que estaba haciendo. Al salir, el exterior me transporto a un lugar ajeno, algo así como una calle de Medellín (digo Medellín por poner un ejemplo, porque no conozco Medellín, ni siquiera conozco Colombia... pero por los videos de Calle 13, que de hecho tampoco son de Colombia.. pero bueno, pongamos que era una calle así urbana, de tipo escenografía de video de reggaeton) y del otro lado de la puerta, en la vereda del lugar, está Gonzalo un amigo (es válido aclarar que por los días que soñé esto, pasaba muchas horas con Gonza, así que en ese momento no me sorprendió que fuera él quien aparecía en mi sueño).

Gonzalo estaba parado, perplejo, mirando la pared donde se ubicaba la puerta por la que yo estaba saliendo. Yo, con mi mejor cara de poker (asumo, porque no tenía un espejo para verme) lo miro y le pregunto qué le pasa. Y su respuesta es concisa y algo abrumadora:

-Nacho... mirá a tu costado.

Bueno... Gran cosa, con los imperativos, loco te está exigiendo que mires a un costado, nada más... Pero al mirar a mi izquierda y focalizar en la pared urbana de tipo reggaeton del habitáculo del que estaba saliendo, me encuentro nada más y nada menos que a la virgen María.

Sí, a la inmaculada nuestra señora de la conchinchilla. La virgen, esa misma.

Resulta que esto no termina acá, porque a mí la situación me impacienta un poco, no todos los días aparece la virgen María, en la pared. Pero como, como les decía, estamos en un ambiente muy reggaetonero, resulta bastante posible que alguno de los colombianos, o lo que sean, del lugar la haya pintado en la pared. Así que, para clamar los ánimos (y tratando de convencerme de lo imposible) le respondo a Gonza:

-Gonza, debe ser una pintura, no es para tanto.

-No, Nacho, apareció recién, mientras te estaba esperando -me responde un Gonza un tanto incómodo y sudado.

Mi reacción es la esperable. Soy cobarde, pero además de cobarde, soy negador. Ante la afirmación de mi amigo, de que lo que estamos precenciando es una aparición, continúo con la negación y comienzo a intentar borrar la imagen de la pared. La situación transita entre lo bizarro y lo patético. Gonzalo está petrificado en la vereda, mientras que yo con un pañuelito que saqué de algún lugar, intento borrar a la virgen, y convencido le digo:

-Mirá, Gonza, o borramos a esta mujer de acá, o estamos fritos, porque si la virgen existe de verdad... nosotros, con todo lo que hemos pecado, ya estamos en el infierno. Y yo te aseguro que no me voy a hacer cura, porque se me aparezca esta acá.

Y en ese momento, me despierto.

5 a.m, verano, abrí los ojos y por suerte no estaba en ninguna calle reggaeton, mi cama estaba sudada, yo también, como quien despierta de una pesadilla. De hecho, para mí, fue una pesadilla.

Miro a un lado, al otro, la virgen no está, dios, Jesús, el espiritu santo, ni el gauchito gil, tampoco. Por suerte. Pero mientras voy a servirme un vaso de agua, para pasar el mal trago, me quedo pensando si no habrá sido una revelación, pienso que tendría que consultar un teólogo, o hacerme el desentendido.

Elijo hacerme el desentendido y, como no me puedo dormir, prendo Warner TV, aleluya dios todo misericordioso, están pasando Friends.

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